martes, 21 de febrero de 2012

¿Qué les estamos enseñando?.

Queremos que nuestros hijos sean unos ciudadanos ejemplares,  que no causen problemas, que sean estudiosos y que se saquen una carrera, consigan un buen trabajo, se compren una casa, paguen la hipoteca correspondiente, sean buenos consumidores , se casen, tengan hijos y sean felices así por siempre. El auténtico sueño burgués hecho realidad. ¿Hemos olvidado cuando éramos nosotros adolescentes?. ¿No recordamos las ganas que teníamos de cambiar el mundo, de eliminar la pobreza y el hambre, de acabar con las guerras, y las dictaduras, de que se parase el deterioro ambiental del planeta, de encontrar curas contra las enfermedades incurables?.  ¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos?. Les enseñamos que vivimos en un sistema social en el que la acumulación de poder  y riquezas en pocas manos es inherente a él. Les enseñamos  el estado de bienestar se esfuma porque nuestros gobiernos están arrodillados. Que los especuladores  son capaces de anular economías de países enteros por sus manejos. Que la auténtica excelencia personal sólo se consigue si consumes determinados productos. Que es más importante ser un listillo que ser una persona sabia. Que los recursos del Estado, en momentos de crisis, se ponen al servicio del gran capital y no de la mayoría de población. Que la educación, la sanidad, la atención a las personas dependientes, las pensiones de personas sin recursos o de jubilados,  y los subsidios a desempleados, estudiantes y mujeres maltratadas, son la primera cosa de la que hay que prescindir en situaciones críticas. Que hemos de estar en la manada siguiendo las directrices de los partidos clásicos. Que los corruptos y los políticos mediocres no son responsables de sus actos. Es la infantilización de la sociedad. Eso les estamos enseñando. La humanidad se mueve por y mentiras. Cuando eran pequeños, les mentíamos con los Reyes, Papá Noel, el Niño Jesús y el ratoncito Pérez. Y así continuamos, sin parar de transmitir mentiras y falsos mitos: que si has de estudiar y trabajar para ser alguien en la vida, que has de ahorrar para comprarte una casa, etc. Los estudiantes del Instituto Luis Vives de Valencia han empezado a protestar por los recortes en educación, en asistencia social y por la corrupción rampante en nuestra sociedad. La respuesta de los adultos ¿cuál ha sido?. Porra al enemigo. Eso les hemos enseñado: no intentes cambiar este sistema corrupto e indecente, o acabarás con la cabeza rota.

sábado, 18 de febrero de 2012

Una nova Geografia

La Comunitat Valenciana no és econòmicament viable, ja que  encara que té un teixit social, industrial i comercial molt important, no ha sabut consolidar-se com una regió europea pròspera.  La mala gestió dels últims governs autonòmics i l’entramat de corrupció que s’estén per quasi tota la societat valenciana, impedeix la consecució d’un estat de benestar per a tota la població. Per tant es imperiosa la necessitat de suspendre l’autonomia valenciana. El deure de les autoritats de l’Estat  es impedir que la sagnia i el balafiament continuen. Una possibilitat que es pot plantejar és que la Comunitat Valenciana siga governada directament pel Govern espanyol i totes les competències autonòmiques tornen a l’Estat central. Altra possibilitat és repartir el territori d’aquesta comunitat autònoma entre les comunitats veïnes. Les comarques de l’Alt Palància, l’Alt Millars, Els Serrans i el Racó d’Ademuç, s’integrarien en Aragó; la resta de comarques de l’actual província de Castelló, s’incorporarien a Catalunya;  la Foia de Bunyol, la Plana d’Utiel, el Vall de Cofrents i l’Alt Vinalopó a Castella-La Manxa;  El Baix Segura a Múrcia;  La Canal de Navarrés, la Costera,  les Riberes, les Marines, l’Alcoià, El Comtat i la Safor formarien part de la Baleària Peninsular ja que la Baleària Insular serien les Illes Balears. Per últim, el Valencianat (Ciutat de València, Camp del Túria, i les Hortes) i l’Alacantinat (Ciutat d’Alacant juntament amb la Ciutat d’Elx i la resta de poblacions de l’Alacantí, Baix Vinalopó i Vinalopó Mitjà), formarien una mena de protectorats sota la disciplina del Govern central. Açò és una broma?. Pot ser. Tampoc sé si d’aquesta manera els ciutadans de la Comunitat Valenciana seriem l’enveja de tot el món, però seria molt probable que  tindríem millors serveis socials ja que no estarien en mans de tanta gent megalòmana i incompetent. 

Mentiras en política

“Nosotros decidimos”, “Da valor a tu decisión”. Éstos y otros eslóganes parecidos son los que usa la maquinaria del Estado para que los ciudadanos participemos en las elecciones (generales, europeas, autonómicas y locales) haciéndosenos creer que nosotros decidimos la forma en la que queremos que se nos gobierne y que los representantes elegidos por nosotros  van a aplicar las propuestas que nos prometieron en las campañas electorales. Pero esto no es así. En muy pocas ocasiones se cumplen estas expectativas. Estamos viendo que una y otra vez los gobiernos elegidos incumplen reiterada y sistemáticamente sus propuestas electorales. ¿Qué pensar de unos candidatos que prometen que cuando lleguen al gobierno van a aplicar las medidas  “A”, y una vez elegidos y en el gobierno hacen justamente lo contario, es decir hacen “no A”? . Lo mínimo que hay que decir es que nos han engañado, por mucho que nos quieran endulzar la decisión con frases y razonamientos en los que se echan las culpas a los gobernantes anteriores, a la situación general del mundo o a simple ignorancia (“no sabíamos que la situación era esta”). Mentira. Los aparatos de los partidos, por mucho que ante la galería digan lo contrario, saben perfectamente la situación de como van las finanzas del Estado.
Los aparatos de los partidos gobernantes, a veces usando los recursos del Estado, manipulan la información para que la opinión general del público sea afecta a sus intereses. Estamos viendo en los últimos años que este bipartidismo mediático, político y social está tan arraigado que muchas personas que están descontentas tanto con el PP como con el PSOE, cuando les planteas que voten a otras formaciones te responden “pero ¿a quién voy a votar, si no hay más?”. Esa es la gran trampa en la que hemos caído. Poco a poco ha ido calando en la sociedad la idea de que quien tiene que gobernar España ha de ser el PP o el PSOE. El pensar que lo pueda hacer IU, UPD  u otras formaciones solas o en coalición que existen o puedan aparecer, es algo inaceptable y que simplemente ni se considera por parte de un amplio segmento de la población.
La verdad, hay que reconocerlo. ¡Qué  buen trabajo han hecho! .  En este aspecto,  los grandes medios de comunicación social y la maquinaria de los grandes partidos han hecho una tarea inmejorable para sus interesas. Por otro lado, nuestros votos no valen todos  igual, como bien saben los partidos pequeños, pero además de esta distorsión del voto popular se da la gravísima situación de que   una vez se han constituido las cámaras, ayuntamientos, gobiernos, etc, el voto de la ciudadanía pesa muy poco, por no decir nada. Dado que gran parte de las promesas electorales se esfuman en el aire y los electos ya tienen su cuota de poder, la ciudadanía pasa a convertirse en un conjunto de “súbditos “ al que se le puede ignorar, manipular, engañar y  desmotivar a conveniencia.
Una estrategia de manipulación mediática, muy efectiva, es, tal y como enumera Noam Chomsky,  dirigirse al público como criaturas de poca edad. “La mayoría de la publicidad comercial, pero también la electoral, dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el elector fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al elector, más se tiende a adoptar un tono infantilizante ya que si uno se dirige a una persona como si ella la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”). Un repaso de los eslóganes y de los argumentos usados por la maquinaria electoral nos confirma la simplicidad lógica de ellos, la facilidad con que se repiten y la vacuidad de conceptos que transmiten: “por el cambio”, “nosotros decidimos”, “hazte oír”,.... El argumentario de los candidatos es tremendamente efectivo ya que están basados en la premisa básica de que ellos son mejores y los oponentes son unos chapuzas que todo lo hacen mal. Todo ello aderezado con todo tipo de mentiras o, como mínimo, medias verdades. 

No se busca la educación del público, del cuerpo electoral. Todo lo contrario ya que un cuerpo electoral con conocimiento, que sabe lo que se esconde de verdad detrás de cada opción política, y con capacidad crítica y reflexiva podría dar al traste con la situación de “casta sacerdotal” que tienen los responsables políticos. El decir la verdad es algo que en este mundo se estima muy poco. Lo que prevalece, es ganar a toda costa al adversario político, cueste lo que cueste, aunque no se programa electoral alguno o aunque se sepa a ciencia cierta que cuando se alcance al poder, se incumplirá el programa a sabiendas.

El culto a lo vulgar y a lo superfluo, la extensión de la mediocridad sobre todo en las clases populares que no pertenecen a las élites financieras, políticas y sociales es una garantía de la perpetuación de los estilos de vida y de pensamiento que garantizan la acumulación de más poder y más dinero en las élites y las castas endogámicas político-financieras. Tal y como dice Chomsky:  “Otra estrategia de manipulación mediática es utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…”. Todo ello se traduce en que las opciones políticas que pretenden “educar” al ciudadano para que sea un verdadero actor de la sociedad y no una mera comparsa fácilmente manipulable, son castigadas en las urnas una y otra vez. Lo que se pretende por parte de las formaciones políticas clásicas es vencer a los adversarios acumulando la mayor cantidad posible de “infantería” que vote por los “suyos” pese a quien pese. A pesar de los escándalos de corrupción, a pesar de la corrupción y a pesar de la mentira.