domingo, 7 de enero de 2007

Somos cenizas de estrellas

"¿De qué estamos hechos?", me preguntaba mi hijo pequeño el otro día. "De lo que comemos" le respondí. Y esto no debió de convencerlo demasiado ya que su cara de asombro e incredulidad lo manifestaba.
Los tejidos, órganos y sistemas de los que estamos construidos provienen de la ingesta de alimentos. Las proteínas, glúcidos y lípidos, junto con el agua, sales minerales y demás oligoelementos, provienen de nuestro ambiente y que nosotros incoporamos a nuestro cuerpo a través de las rutas metabólicas características de nuestra fisiología. Más, el razonamiento avanza un paso hacia atrás ¿y de qué están hechos los animales y plantas de los que nos alimentamos?. De lo que comen, de lo que toman. En última instancia la materia (átomos y moléculas de agua, carbono, azufre, nitrógeno,...) de la que estamos hechos, la tomamos de la tierra en la que vivimos. Es decir, estamos hechos de los átomos y moléculas que están en la Tierra. Es la materia prima con la que nos vamos construyendo poco a poco.
Sigamos retrocediendo hacia atrás.
¿De donde viene la materia (carbono, oxígeno, hierro, calcio,....) de la que están hechas todas las cosas que están a nuestro alrededor?.

Hay que viajar un poco más atrás en el tiempo. Las estrellas son grandes masas de hidrógeno en cuyo interior ocurren reacciones termonucleares en las que el hidrógeno se consume para formar,fundamentalmente, helio. Una serie dereacciones subsiguientes produce la recombinación del helio con más hidrógeno generándose una cascada de elementos nuevos (litio, calcio, carbono,....). Es decir, estos elementos se están generando en el interior de las estrellas, en el interior de esos grandes hornos termonucleares cuyos rescoldos son,... los átomos de los que estamos hechos.
Después de millones de años de combustión, las estrellas sufren unos procesos que, segun su masa original y sus características, las llevarán a comprimirse en nuevos objetos celestes o bien las llevarán a una gran explosión final (supernovas) mediante la cual esos átomos de carbono, oxígeno, calcio, hierro, etc serán dispersados por el espacio.
Tras millones de años, puede ser que en una determinada región del espacio, ese polvo y gas interestelar empiece a condensarse para ir formando pequeños planetoides más o menos rocosos que empezarán a orbitar alrededor de una nueva estrella. Si estos planetoides tienen las características suficientes de masa, tamaño, y distancia a la estrella, pueden evitar la destrucción gravitacional y permanecer orbitando en órbitas estables alrededor de su estrella.
En algunos de estos sistemas estelares con planetoides rocosos, si las circunstancias son propicias puede ser que la materia inorgánica empiece un proceso de evolución químico-biológica que lleve a la aparción de seres vivos. Si, por ende, las circunstancias siguen siendo propicias para ello, puede darse la circunstancia de que ese proceso de evolución biológica lleve a la aparición de seres vivos racionales que se hagan preguntas acerca de su origen.

En resumen, la materia de la que estamos hechos (los átomos y moléculas de nuestros músculos, huesos, nervios,...) se formaron hace cientos de millones de años en los procesos termonucleares que tuvieron lugar en el interior de una estrella que al final de su vida explotó, esparciendo esas cenizas por el espacio.

Cuando miramos las estrellas estamos haciendo un viaje hacia atrás en el tiempo y hacia nuestro origen.

sábado, 6 de enero de 2007

La música

¿Porqué nos conmueve tanto la música?. La información del mundo que nos rodea nos llega a través de nuestros sentidos de manera que los portadopres de la información física (ondas electromagnéticas, ondas elásticas, fuerzas de contacto entre cuerpos, moléculas gaseosas, etc) estimulan los receptores adecuados de manera que éstos llevan la información al cerebro donde es procesada. Después el cerebro emite nuevas órdenes a los distintos receptores para actuar en consecuencia. Poco más o menos, la cosa funciona así.
Una de las muchas maneras que tiene el cerebro de responder a los estímulos es mediante las emociones. Estos estados caracterizados por unas manifestaciones físicas (sudoración, enrojecimiento, palpitaciones, tendencia a la huída o a la lucha, dilatación o contracción de pupilas, etc), que nos impelen a actuar de una manera u otra, han de ser "procesados" por nuestra racionalidad. Cuando asignamos un nombre a una determinada emoción es cuando hablamos de sentimiento.
Muchas de las emociones que nos invaden no las reconocemos, no somos capaces de identificarlas y de, por tanto, reconocerlas como un sentimiento determinado. Algunas emociones sí que las tenemos bien catalogadas en nuestro pequeño zoo individual de emociones y sentimientos: el miedo, el amor, la pena,.... Otras no.
La música va directamente al centro en donde las emociones se generan (la amígdala, cerca del hipotálamo), y allí la cascada de estímulos nerviosos y liberación de hormonas, hace que nuestro cuerpo muestre las consecuencias: alegría, pena, ganas de bailar, saltar, gritar, o de recogerse en el hogar.
La música es un perfecto generador de emociones. Nuestra tarea es conectar con esas emociones y aprender a ponerles nombre.