Si el
gobierno actual en vez de haber dado los casi 100 000 millones de euros que ha
dado a la banca y los hubiera dedicado a un programa de empleo, las cuentas
serían (a grosso modo) las siguientes. Imaginemos que el gobierno oferta
puestos de trabajo (contratos laborales, oposiciones, etc) de modo que (por término
medio) cada nómina tuviera un coste al gobierno de 3000 euros (incluyendo
nómina, seguridad social y demás impuestos, tasas y demás). Esto equivale a más
de 33 millones de mensualidades, es decir que se podrías haber contratado a
casi 3 millones de personas durante un año con un sueldo de unos 1500 euros al
mes. Evidentemente, esto habría hecho que los contratados tuvieran más
ingresos, pudieran pagar sus deudas con los bancos, etc. Tal cosa habría
reactivado la economía en un grado notable. Supongo que estos cálculos se
tildarán de simplistas pero son una muestra de la indefensión en que nos
encontramos ciudadanos frente a un gobierno que sigue las directrices de la
gran banca y de los poderes financieros. Cuando dicen que no hay alternativa a
su modo de proceder nos mienten como bellacos ya que su decisión era o bien
salvar los estropicios del poder financiero-bancario o bien salvar las
economías de las personas. Han optado, como vemos todos los días, por quedar a
bien con sus “amos”.