lunes, 16 de noviembre de 2015

La cara demoníaca de las religiones

     ¿Qué construcciones míticas  del ser humano son capaces de crear una coartada tan perfecta para la comisión de los delitos más brutales y los crímenes más execrables? La respuesta es muy sencilla: la religión y la supremacía racial. Sobre todo, la religión. No hay ninguna religión que se libre de haber tenido entre sus feligreses a grupos, tendencias, sectas, corrientes más o menos aceptadas por la comunidad de fieles, que en nombre de la divinidad o de cualquiera de sus múltiples profetas, santos, vírgenes y demás no han dudado en quemar, mutilar, decapitar, asaetar, tirotear, hervir, degollar, despellejar, triturar o hacer explotar a otros seres humanos.
     En los últimos tiempos el terrorismo yihadista nos está haciendo estremecer de horror ante la brutalidad con la que, en nombre del dios de los musulmanes o de su profeta, asesinan a seres humanos indefensos. La gran mayoría también musulmanes, pero también cristianos, yazidíes, judíos y ateos. Los musulmanes sunníes de Irak, Siria, Yemen no dudan en asesinar a musulmanes chítas compatriotas. Y viceversa. Hace no mucho tiempo, los cristianos ortodoxos serbios, los cristianos católicos croatas y musulmanes bosnios se mataban y exterminaban entre ellos con una brutalidad descomunal. Por la misma época, católicos hutus masacraban a millones de correligionarios católicos tutsis jaleados en muchas ocasiones por miembros del clero católico. En Nigeria musulmanes extremistas asesinan a cristianos. En Chad grupos de cristianos de ferocidad exagerada, asesinan a musulmanes. Durante la segunda guerra mundial el campo de exterminio croata de Jasenovac, dirigido por algunos monjes franciscanos, era el "epítome del horror", superando en crueldad a otros campos de exterminio más famosos; Auschwitz, Treblinka, etc.
     Como dijo Séneca "la religión es considerada por la gente común como verdadera, por los sabios como falsa y por los gobernantes como útil" . Este carácter utilitarista de la religión hace que gobernantes sin escrúpulos se aprovechen de la ignorancia de muchas personas adoctrinadas desde pequeños en la superioridad de su su fe para conseguir sus fines político-económicos usando la extensión del horror en el mayor grado posible.
     Por supuesto, que la gran mayoría de fieles de una determinada religión no son asesinos, pero la religión proporciona un entorno intelectual y moral y da una justificación (ir al paraiso, sentarse a la derecha de dios padre, ir al cielo, etc) que hace que personas que, en un entorno determinado se comportan "bien" siendo amantes de su familia y cuidadosos con los preceptos de su religión, puedan llegar a convertirse en verdaderos matarifes si han sido adecuadamente adoctrinados.
    ¿Cómo es posible que el ser humano sea un verdadero lobo asesino para otros seres humanos tomando como justificación invenciones y mitos? No hay justificación alguna ni científica, ni moral ni intelectual de la supremacía de algunos grupos humanos sobre otros. Tampoco la hay de que textos que fueron escritos hace cientos de años, son la revelación de los deseos de una divinidad que, en caso de que exista, no es ni ha sido capaz de  intervenir para parar todas estas masacres horribles. Solamente, la existencia de estos asesinatos sería justificación suficiente para dudar de todos los dioses y religiones. Sin embargo la ignorancia es contumaz. 
     La ignorancia y la religión son como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar y la Educación, con mayúscula, ha de proporcionar las herramientas intelectuales necesarias para luchar contra la oscuridad y la barbarie.
     Educación contra barbarie.

   
   

No hay comentarios: