jueves, 12 de enero de 2012

Vergüenza

Vergüenza: Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena. (DRAE)

Vergüenza me produce ver como el Gobierno actual, al igual que el anterior, sigue con su trato preferente a la banca: 100 000 millones de euros de avales (*) .

Vergüenza me produce ver como una madre ha de sufragar una investigación científica para curar la enfermedad de su hija (*)

Vergüenza me produce ver como la Comunidad Valenciana es la más endeudada de España después de años de fastos sin control (aeropuerto de Castelló, Fórmula-1, Copa América, Terra Mítica, Ciudad de las Ciencias con sobrecostes,…) que pone en peligro los servicios sociales (*).

Vergüenza me produce comprobar que los docentes son ninguneados por la sociedad e incluso difamados y que, todavía, hay que alzar la voz para decir lo evidente (*)

Vergüenza me produce comprobar que la Iglesia a pesar de su discurso moralista no pague el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por sus cientos de iglesias, conventos, monasterios y seminarios (*)

Vergüenza me produce comprobar como hay que continuar luchando para que los derechos conseguidos por la humanidad después de tantos años de lucha no sean cercenados por unos miserables piratas que solamente buscan el lucro, el poder y la dominación.

Vergüenza me da ver como la democracia formal que tenemos está estructurada para que una casta dirigente de unos pocos partidos mantengan su cuota de poder y no sea responsable de muchos desmanes cometidos sin control y justificación.

Vergüenza me produce ver como nuestros dirigentes siguen fielmente las doctrinas de las corporaciones multinacionales (reducción del déficit a toda costa), pese a quien pese aunque eso implique recortes sociales que llevan a más paro y más déficit.

Vergüenza me produce ver como los generadores de esta crisis siguen sin pagar sus delitos, siguen campando a sus anchas y muchos de ellos siguen especulando con cualquier cosa incluso con alimentos, aunque eso lleva a la hambruna y miseria a algunas regiones del planeta.

Vergüenza me produce ver como la población es manipulada, engañada, vilipendiada, anulada y esquilmada hasta lo indecible por parte de los poderes públicos.

Vergüenza me da como nos mienten una y otra vez, repetidamente, sin parar y ninguno de nuestros gobernantes tiene el coraje y valentía suficiente para decir la verdad: que otro mundo es posible (*).

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