martes, 9 de septiembre de 2008

La Caverna

No me resisto a trasladar lo que José Luis Peira García (La Cueva, Asturias) ha escrito en El País del 09/09/08. Aquí está:


"La otra noche, una cadena de televisión nos obsequió con un reportaje sobre las fiestas de algunos lugares de España. Una de las celebraciones que se pudieron ver era la que me provoca ciertas reflexiones.

Un pueblo, un lugar como cualquier otro, en el que se persigue a un toro y se le mata clavándole lanzas: una maravilla. Acaso todo habría quedado en la indignación que me provoca la visión de una caterva de borrachuzos torturando a un pobre animal. Pero dio la casualidad de que a mi lado, una chica alemana que está estos días con la familia no salía de su asombro ante tal espectáculo y nos miraba de reojo por si nosotros, gente civilizada a carta cabal, aún lleváramos manchas de sangre en nuestras ropas. Entonces me avergoncé, y ese orgullo que a uno le sale cuando ve a deportistas patrios encaramados a los cajones de los ídolos se trocó en explicaciones, disculpas, sonrojo.

Mientras en tantos rincones persista ese carnaval de tortura y muerte de seres vivos, mientras los políticos de turno saquen pecho y defiendan esos festejos bajo el epígrafe de "es cultura y tradición", mientras una juventud beoda y trasnochada pueda masacrar a una res, a un pato, a una rana o tirar un puerco a un río jaleados por los aplausos de sus vecinos, registrado todo ello con gran despliegue por la cadena local, este país será el de un pueblo bárbaro y atrasado, ignorante y primitivo, cautivo de exhibiciones y rituales sangrientos alejados de la grandeza del progreso. Por mucho que enarbolemos campeones, que algunos de nuestros científicos e intelectuales saquen la cabeza por ahí, cuanto más tardemos en darnos cuenta de que dentro de mil años se seguirán escribiendo libros, pero ya nadie se divertirá matando bichos, más tiempo seguirá este pueblo postrado ante las miserias de la caverna no del todo abandonada"
.

No puedo estar más de acuerdo con todo lo expuesto en su carta por José Luis Peira. Con el paragüas de la tradición se comete todo tipo de barbaridades y vilezas.
También era tradición ajusticiar al reo en la plaza pública. También era tradición flagelar a los condenados. También era (y lo es todavía) tradición la ablación de las mujeres en muchos países de África y de Asia. También lo era la castración de algunos niños para preservar su voz angelical y pudieran entrar en el coro del Vaticano. Y también lo era la lucha de gladiadores, la caza del zorro, y tantas otras manifestaciones del espíritu humano. Capaz de las acciones más nobles y de las más humillantes y crueles perversiones.
Afortunadamente la educación va ganando poco a poco terreno a la ignorancia (quiero creer eso) y las costumbres y tradicicones bárbaras van siendo arrinconadas poquito a poco.
¿Será posible alguna vez una fiesta taurina sin tortura y muerte del animal?. ¿Habrá alguna vez algún gobierno que se fije como objetivo erradicar de la cultura común esa fiesta anacrónica, cruel y humillante que es la mal llamada fiesta nacional?.

Espero que sí.

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